Soy de los que creen que todo gran escritor tiene un cañonazo guardado en la manga y que tarde o temprano, a lo largo de su carrera, lo va a sacar para consolidar su talento ante los lectores y asegurarse su butaca en el Olimpo. El cañonazo de Carlos Ruiz Zafón, autor a quien admiro muchísimo, se titula La sombra del viento y salió hace casi una década, en abril de 2002. Alguien podría tacharlo de autor "comercial" al estilo Ken Follet, pero incurriría en una equivocación, pues poco tiene que ver la calidad literaria y la asombrosa capacidad por tejer una historia de Carlos con las buenas intenciones del listillo de Ken. Bien, ahora la pregunta es: ¿qué ha pasado en esta última década con el señor Zafón? Os lo voy a decir de manera escueta, ya que han ocurrido principalmente dos cosas:
a) Se ha forrado (y yo me alegro mucho porque creo que es bueno);
b) Ha considerado oportuno, bajo el asesoramiento de algún agente muy listo o de algún genio de Planeta, convertir su gran éxito en una serie para así forrarse todavía más (de eso ya no me alegro tanto).
Bueno, dejemos a un lado el punto A, ante el cual me quito el sombrero, y pasemos al análisis del punto B, ante el cual me rasco la cabeza en señal de apabullamiento. Hace tres años Planeta sacó, justo antes de Navidad (no son listos ni ná) El juego del ángel, segunda entrega de los libros cuyo trasfondo es la Barcelona de primera mitad de siglo y el elemento clave el Cementerio de los libros olvidados. Todo muy guapo y cargado de misterio, así que me regalo a mí mismo el libro por Navidad y lo leo en un par de días. Resultado: no me gusta, me huele a sopa recalentada con un final que deja mucho que desear y parece tirado por los pelos. Me digo: Carlos sigue siendo grande con su escritura, pero la historia ha perdido su fuerza y sobre todo su autenticidad. Ahora, tres años más tarde, los de Planeta creen que ha llegado la hora de lanzar El prisionero del cielo (en época navideña, faltaría más) y confirmarnos a todos los lectores que ha nacido una serie made in Zafón y que todos los libros están relacionados y si quieres saber más te tienes que comprar el siguiente. El famoso to be continued de las series americanas que tanto jode. En este nuevo episodio regresan Daniel y Fermín, los héroes de La sombra del viento, para afrontar el mayor desafío de sus vidas cuando un inquietante personaje visita la librería de Sempere y amenaza con desvelar un terrible secreto que lleva enterrado dos décadas en la oscura memoria de la ciudad. Al conocer la verdad, Daniel comprenderá que su destino lo arrastra inexorablemente a enfrentarse con la mayor de las sombras: la que está creciendo en su interior.
Si queréis mi opinión, os diré que El prisionero del cielo sería un gran libro, casi tan grande como su padrastro, si no fuera porque abre un montón de interrogantes hacia la mitad que se quedan sin responder y que al final se solucionan con la frase: Su historia no ha terminado. Acaba de empezar. El mensaje es: si quieres saber qué cojones pasa, ya tienes regalo para el año que viene. Esto me huele a serie de zombies, a CSI Las Vegas, y me molesta porque sé que Carlos tiene un talento enorme, y estoy seguro de que podría escribir obras mucho más redondas y sorprendentes si dejara que La sombra del viento siga siendo lo que fue al principio, es decir una novela independiente con una historia sensacional como base, y no un caldo de la abuela de Gallina Blanca que puedes recalentar a ultranza. Inferido esto, me despido con dos humildes consejos, uno para Carlos y otro para los lectores:
Carlos: eres un grandísimo escritor y lo sabes. Cambia de rumbo y busca nuevos argumentos. Reinvéntate.
Lectores: a pesar de lo dicho, la lectura de esta novela es agradable y su historia engancha desde principio a fin, aunque la última parte me parece floja. Si lo compráis, estoy seguro de que vais a pasar un buen rato, pero es probable que a la postre os quedéis con un retrogusto amargo y necesitéis un chupito de whisky para digerirlo todo mejor. Feliz 2012 a todos.