Tras la buena primera impresión que me causaron los libros de Michel Houellebecq, del que reseñé el mes pasado Plataforma, me atreví con su última novela: Sumisión. Y ahora que la he terminado puedo decir, sin miedo a equivocarme, que me parece una auténtica chapuza. Es lenta, farragosa, confusa, traída por los pelos y, sobre todo, está llena a rebosar de paja. Cuesta creer que el autor de Plataforma haya sacado un bodrio de esas dimensiones, y me urge comentarlo después de las alabanzas que le dediqué en la última reseña, para que veáis que aquí se intenta ser lo más honestos y sinceros posible. ¿Qué es los que les pasa a los buenos autores una vez tienen éxito mediático? ¿Acaso se dejan influenciar por los agentes, la publicidad y la fama? ¿Cómo es posible que el autor de lengua afilada que nos deleitó en sus primeras novelas haya engendrado semejante porquería? Necesito que alguien me lo explique. Estoy dispuesto a pagar cantidades elevadas.
Por suerte para mí, la siguiente lectura fue XXI Secolo, novela del italiano Paolo Zardi que ha llegado este año entre las finalistas del renombrado Premio Strega. Ya sabéis lo que opino de esos premios, pero por una vez parece que el asunto se aguanta por su propio peso. El libro de Zardi, dicho sea de paso, es una auténtica maravilla y presenta tres de los ingredientes indispensables que toda buena novela debería tener: emociona, es profundo y está muy bien escrito, lo que ayuda a que la lectura sea sumamente ágil. De argumento similar al de Sumisión por el hecho de situarnos en un futuro no demasiado lejano, el autor nos cuenta el calvario de un padre de familia que, tras recibir la noticia de que su mujer Eleonore ha entrado en coma al sufrir un ictus, empieza su propia lucha personal para llevar adelante su vida y la de sus dos hijos, Miriam y Marco, en un mundo a la deriva devastado por la crisis, un mundo violento y asolado por la pobreza en el que la resignación lo ha abarcado absolutamente todo. Pero mientras su mujer lidia entre la vida y la muerte en estado vegetativo, el hombre descubre un móvil secreto escondido en uno de los cajones del piso. Dentro hay un montón de fotos de su mujer, y de pronto la realidad irrumpe en su vida con su carga de dudas y angustia: ella tenía un amante desde hace tiempo, una vida paralela del que su marido en ningún momento se había percatado. El hombre, y el ser humano en general, ya no puede permitirse el lujo de creer y lo único que necesita es saber, de ahí que nuestro protagonista empiece una búsqueda desesperada de la verdad, la misma de la que hablaba Sherwood Anderson, esa verdad escurridiza y fantasmal que con el tiempo ha quedado enmarañada en el bosque de la mentira. Una novela, engalanada con un final soberbio, que se lee de un tirón y nos hace reflexionar sobre las tinieblas que gobiernan este siglo de contradicciones en el que nos ha tocado vivir. Hasta la fecha es el mejor libro que he leído en este 2015, y una vez más toca felicitar a Neo Edizioni, editorial pequeña e independiente, por su olfato infalible a la hora de escoger sus publicaciones. Con los de Nicola Pezzoli, escritor italiano revelación, ya van tres libros de gran calidad, y en los tiempos que corren tres aciertos de tres es para ponerse a descorchar champán del bueno. A-M-A-Z-I-N-G.
Aquí algunos pasajes para los conocedores de la lengua de Dante:
Aquí algunos pasajes para los conocedores de la lengua de Dante:
"La povertà l'aveva consumata, oppure era solo colpa della biologia -cellule ossidate, orgasmi esausti, fegato e reni fiaccati da decenni di lavoro-. Esistere richiedeva una dedizione totale. Si invecchiava solo cercando di rimanere in vita" (pág. 15).
"Era arrivato il momento di ammettere che il passato, come il futuro, non esisteva: si costruiva con gli anni, un po' alla volta, guardando di lato, o tornando indietro, perché la direzione del tempo era un'illusione, una semplificazione accademica, un modo strumentale per organizzare al meglio la propria vita entro parametri prevedibili, repetibili e condivisi" ( pág. 49).
"Dopo una certa età, i tradimenti creano grossi casini. Quando l'amore si trasforma in un groviglio di contratti, promesse, rughe, impegni, rate, è come un vulcano di rancore pronto a esplodere" (pág. 108).
Traducir este libro al español es la mejor inversión que un editor con dos dedos de frente podría hacer en este momento. Pues sí, amigos, la literatura sigue viva pese a las aberraciones de este siglo decadente, a los libros de los chefs y a los superventas para rebaños idiotizados. Sigue de pie con su tozudez atávica y todavía nos brinda destellos de esperanza.
"Era arrivato il momento di ammettere che il passato, come il futuro, non esisteva: si costruiva con gli anni, un po' alla volta, guardando di lato, o tornando indietro, perché la direzione del tempo era un'illusione, una semplificazione accademica, un modo strumentale per organizzare al meglio la propria vita entro parametri prevedibili, repetibili e condivisi" ( pág. 49).
"Dopo una certa età, i tradimenti creano grossi casini. Quando l'amore si trasforma in un groviglio di contratti, promesse, rughe, impegni, rate, è come un vulcano di rancore pronto a esplodere" (pág. 108).
Traducir este libro al español es la mejor inversión que un editor con dos dedos de frente podría hacer en este momento. Pues sí, amigos, la literatura sigue viva pese a las aberraciones de este siglo decadente, a los libros de los chefs y a los superventas para rebaños idiotizados. Sigue de pie con su tozudez atávica y todavía nos brinda destellos de esperanza.