sábado, 23 de abril de 2011

ASCO, de José Ángel Barrueco


El viernes pasado estuve en Madrid para asistir a la presentación del libro Asco y debo reconocer que el acto fue ameno y muy divertido. Me reí mucho y compré la obra del que considero un buen amigo y sobre todo una magnífica persona. Sobre el asunto de ser o no persona ya he comentado algo en el pasado y no me apetece repetirme. Solo diré que el mundo se divide en dos bandos: los que son "persona" y los que no. El 70% de la población mundial son del bando no, y si no me creéis embarcaos en un crucero de lujo o mucho mejor echad un vistazo a Asco y luego hablamos. Lo que quiero decir es que somos demasiados en el planeta y los pedestales son muy pocos y la soledad reina soberana. Por eso proliferan tanto cosas como Facebook y Twitter y chatear.com; estamos cada vez más solos y necesitamos ampararnos bajo las frazadas humanas de la web. Ahora bien, imaginaos por un momento a toda esta masa desaliñada, a esos borregos que compran Millennium o las novedades de Planeta porque se lo ha dicho el colega de trabajo y en el metro todos lo llevan bajo el brazo, a los que tienen que lucirse a toda costa y en aras de su dignidad, a los que empujan en el metro para entrar primero, a los que se llenan el plato de comida porque es gratis o porque simplemente han pagado el buffet libre y luego dejan la mitad. Bueno, imaginaos a toda esta gente, metedla en un crucero de lujo y os saldrá "Asco". El protagonista, a bordo con su novia y unos familiares, lo observa todo minuciosamente y redacta una especie de diario del Capitán donde se describe el comportamiento desvergonzado de la mayoría de las personas que habitan el barco durante los siete días de crucero. El paralelismo con David Foster Wallace y su obra Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer es evidente y de hecho es el elemento aglutinante de la narración, junto con la sensación omnipresente de asco, por supuesto. Uno empieza a leer un libro sobre unas vacaciones en un crucero y se imagina que pasen cosas, cosas absolutamente increíbles como asesinatos, algún misterio, una historia de amor imposible, un suicida flotando en la piscina, un secuestro, etc., pero conforme vas leyendo te das cuenta de que no solo no pasa nada de todo esto, sino que se repiten hasta la saciedad escenas bochornosas que revelan el lado más grotesco del ser humano. ¿Y cuáles son las conclusiones? Pues que se relata la cruda realidad, sin historias de cine ni mierdas románticas pasadas de moda. Se presenta el mundo tal y cómo es hoy en día, o sea asquerosamente inhumano, predecible y aburrido; porque lo más probable es que, de embarcarte en un crucero de lujo, vivas las experiencias del protagonista de Asco y no las de James Bond, porque lo más probable es que vuelvas a tu puta casa y te sientas idiota tras ver las fotos que te sacaron mientras hacías el payaso en medio de la pista para acaparar momentos de gloria que duran el tiempo que se tarda en echarse un mojito al coleto. Y además la gula, joder, un tema con el que José Ángel hace particular hincapié:

Coge una bebida, que es gratis. Nadie dijo: coge una bebida para saciar la sed. Sólo: coge una bebida, que es gratis. Lo gratuito vuelve ciega a la gente. La animaliza y embrutece (pag.26).

O sobre el borregueo que mencionaba antes:

Gente que no ha leído en su vida algo más denso y extenso que el catecismo o que un tebeo de Carpanta se pone a leer mamotretos mal redactados porque la gente habla de ello, y como toda la gente habla de ello es precisamente lo que creen que deben comprar y leer, pues además la publicidad ya hace el resto, insisto en ello. Y señoras que no han leído en su puta vida una novela policíaca se tragan la trilogía de Millennium única y exclusivamente porque son los libros que el personal pasea por las estaciones, en el metro, en las playas y en las piscinas. Qué asco, joder, qué asco (pag. 117).


Y también tenemos pasajes de alta costura literaria:


Despertarse en medio del agua no es muy distinto a despertarse en mitad de un sueño en el que sabes que estás soñando que te despiertas de un sueño (pag. 91).

El final es, de todos modos, el punto fuerte del libro, lo que aporta sentido a la estructura narrativa, pero no quiero dar más detalles. Asco ya está a la venta en todas las librerías.