lunes, 20 de octubre de 2014

CORDERO, de CHRISTOPHER MOORE


Acabé de leer Cordero hace tres días y todavía me estoy descojonando vivo de la risa. Incluso mientras duermo. Incluso mientras voy caminando solo por la calle y la gente me mira como si fuera un zumbado más del barrio. Incluso cagando. Incluso cuando suena el despertador para arrebatarme de mi universo soñador y pongo el primer pie en el suelo con el fin de arrastrar mi triste figura hasta el baño, lo primero que me vienen a la mente son las frases demoledoras de este libro. Una puta bomba atómica, un puto genio, este señor Moore. Uno se pregunta cómo se le ha podido ocurrir la idea, cómo demonios ha conseguido trabar una trama tan malditamente perfecta, rebosante de ironía y con un gran poso narrativo y filosófico por la que no resultaría tan descabellado ponerle la etiqueta de "obra maestra". ¿Quieres saber de qué habla? Te lo digo, joder, déjame solo que pare de carcajearme un segundo. Verás, este libro cuenta la verdadera historia de la vida de Jesús según su mejor amigo, un tal Colleja, a quien los Evangelios ni siquiera se molestan en mencionar. Toda la existencia de Joshua (este era en realidad su verdadero nombre), alias el Mesías, desde que tenía seis años hasta su muerte. Dios, necesito descansar un rato para reírme otra vez. Un puto crack. Un jodido número uno. El libro es largo, te aviso; son unas cuatrocientas páginas en letra pequeña, pero se lee de un tirón y la única pega quizá es que la parte central, donde se relata el periplo de Joshua y Colleja hasta encontrarse con los tres Reyes Magos, se hace a ratos un pelín pesada. Solo eso, por lo demás es una obra redonda que te agarra por el cuello en la primera página y no te suelta hasta el final. Ni te imaginas lo que te puedes llegar a reír. Algunos pasajes:

De hecho, comparándolo con mi época, había un número exagerado de personas mayores en todas partes, bueno, no, en la tele no, pero sí en todos los demás sitios. ¿Es que os habéis olvidado de morir? ¿O es que os habéis gastado toda la juventud en la tele y ya no os quedan más que canas y caras arrugadas? (pág 105).

Sí, sí, búrlate de mí si quieres, pero cuando regresemos a Galilea, tú dedícate a vender tu Ama al prójimo porque es como tú mismo y yo ofreceré mi programa de Sueños húmedos a voluntad, a ver quién de los dos tiene más seguidores (pág. 228).

-No, por lo de los idiotas no paso. Vamos, Josh, ¿por qué no podemos tener a tíos poderosos en nuestro equipo? ¿Por qué tenemos que ser los mansos, los pobres, los oprimidos, los que reciben toda la mierda? ¿Por qué no podemos, por una vez en la vida, decir que bienaventurados son los tipos ricos, grandullones y poderosos con espadas?
-Porque esos no nos necesitan.
-De acuerdo, está bien. Pero "bienaventurados los idiotas" no, te lo pido por favor (pág. 339).

Sin embargo, paso a anotar la esencia de casi todos los sermones que oí pronunciar al Mesías: 

Había que ser bueno con la gente, incluso con los malvados. Y si:

a) creías que Joshua era el Hijo de Dios y
b) que había venido para salvarte del pecado y
c) reconocías al Espíritu Santo que había en ti y
d) no blasfemabas contra el Espíritu Santo (ver c),

Entonces:

e) vivirías eternamente
f) en un lugar agradable
g) probablemente en el cielo.

Por el contrario, si:

h) pecabas y/o
i) eras hipócrita y/o
j) valorabas más las cosas que la gente y
k) no hacías a, b, c y d,

Entonces:

l) ibas a estar jodido.

Ese era el mensaje que el padre de Joshua le había transmitido hacia muchos años y que, en aquel momento, parecía tan sucinto que podía llegar a considerarse grosero, pero que adquiría más sentido después de escuchar varios cientos de sermones (pág. 333).

Pros: pagas 19 euros y a cambio te partes el culo durante una semana (o más) y reflexionas sobre la estupidez humana.

Contras: después de leer este libro, tan fresco y marcado por un humor corrosivo de primera, cualquier otro que compres de aquí a un mes te va a parecer un tostón infumable, un aborto en fase avanzada que ni siquiera el mismo autor atina a comprender.

Más pros: este hombre tiene más novelas, así que podrás ahuyentar el mono de la risa durante un tiempo.

Más contras: serás más consciente de que la mayoría de los escritores contemporáneos no son más que unos vendedores de paja, gente sosa y sin chispa que embarra las librerías como estiércol de vaca, y cualquier otro libro que compres de aquí a un mes te va a parecer un tostón infumable. Hostia, creo que eso ya lo he dicho. En fin, mejor te dejo con Cordero y que el señor se apiade de tus carcajadas. Amén.