domingo, 13 de diciembre de 2009





HUBERT SELBY JR, RÉQUIEM POR UN SUEÑO

“Evidentemente, yo creo que perseguir el sueño Americano no es sólo fútil sino autodestructivo, porque en último término destruye a todo y a todos los que participan en él. Por definición tiene que serlo, porque lo cultiva todo excepto esas cosas que son importantes: integridad, ética, verdad, nuestro auténtico corazón y alma. ¿Por qué? El motivo es sencillo: porque Vida/vida es dar, no conseguir”.
Así es como el autor introduce su novela en el prefacio de Réquiem por un sueño, obra magistral de la literatura americana publicada por primera vez en español por Sajalín editores (www.sajalineditores.com) y disponible en las librerías a partir de diciembre de 2009.
Ya desde las primeras páginas tenemos la sensación de hallarnos frente a algo sorprendente, una especie de río impetuoso que se lleva por delante toda idea preconcebida sobre puntuación, diálogos y técnica narrativa. De hecho, a Selby esas cosas le importaban más bien poco. Solía decir que conocía bastante bien el alfabeto, y por eso decidió hacerse escritor. Dicha afirmación podría sonar rara, sobre todo a los oídos de uno de esos estetas de la literatura que hacen metaficción y se sientan en los cafés y piden un bollo de chocolate y no beben alchool y hacen disertaciones sobre la estética y el arte por el arte y todas esas cosas efímeras con las que por supuesto no me voy a detener. Y así todo el tiempo, saboreando un cruasán de mierda y tertuliando de la jodida estética y el cabroncete del arte. Selby hace algo ligeramente mejor: plasma la humanidad de sus personajes y los demonios que los atormentan en el papel, y lo hace de forma magistral, adentrándonos en la historia, haciéndonos sufrir y vibrar por dentro con los sueños y las ilusiones de los cuatro protagonistas: Sara Goldfarb, una viuda que ambiciona salir en la tele tras recibir un extraño formulario, su hijo Harry, la novia Marion y el amigo inseparable Tyrone, los tres unidos por la creciente y destructiva adicción a la heroína. Es como si cada uno de ellos nos agarrara por un brazo y nos llevara a ese tobogán de inquietudes para empezar juntos el lento e irrefrenable descenso hacia el infierno, un infierno que no se aleja demasiado de la realidad y nos muestra los escombros de un mundo sin identidad que sin duda resulta muy familiar. En un pasaje leemos:
“Yo creo que ése es uno de los problemas del mundo de hoy, que nadie sabe quién es. Todo el mundo anda por ahí en busca de una identidad, o tratando de tomar una de prestado, lo que pasa es que no lo saben. En realidad creen que saben quiénes son, ¿y qué son? Sólo una panda de vagos.
Y más adelante:
“Cuando alguien pillaba tenía que ir a la seguridad de su casa, o de algún sitio, donde pudiera metérselo sin que nadie echara la puerta abajo, le robara la droga y a lo mejor lo matara si no quería compartir algo que era más precioso, en aquel momento concreto, que su vida, pues sin ello su vida era peor que el infierno, mucho peor que la muerte, una muerte que parecía un premio más que una amenaza, ya que ese proceso de retrasar la muerte era la cosa más aterradora que podía pasar”.
Esta es, pues, la historia de cuatro individuos que fueron tras el Sueño Americano y, en lugar de escuchar las voces de sus corazones, se empecinaron en seguir por el camino de la mentira y de la ilusión, y como resultado acabaron perdiendo todo lo que de valioso tenían.
Un libro imprescindible y extraordinariamente humano que, más que leerse, se bebe como un chupito de tequila reposado Jose Cuervo: intentas explicar el escozor de la garganta, pero cuando lo haces el tequila ya ha desaparecido por los pasadizos que llevan al estómago y no hay marcha atrás. Con Selby ocurre lo mismo: tratas de racionalizar la experiencia de la lectura, pero la historia ya se ha mudado en otra cosa, tal vez en un fantasma de sí misma, un fantasma que te ha ensalzado el alma justo antes de desvanecerse por los mares de la memoria.
No recomendado para los adeptos de intrigas y códigos secretos ni para los amantes del arte por el arte. Podría ser demasiado fuerte para vosotros, chicos, así que mejor id a cascárosla a algún café.

viernes, 13 de noviembre de 2009

SHERWOOD ANDERSON, CUENTOS REUNIDOS

Sherwood Anderson (1876-1942) es sin duda el más desconocido, al menos en España, de los maestros de la literatura americana, y gracias a la editorial Lumen por fin podemos difrutar de unos relatos extraordinarios y muy originales. Este magistral escritor se marchó muy joven a Chicago para intentar labrarse una posición y prosperar en el mundo, encontró trabajo como redactor de anuncios y en el tiempo libre fue cultivanto lo que él mismo llamaba su “vicio secreto”, es decir la literatura. Y bien que le salió el vicio, porque muy pocos relatos de los años veinte superan en calidad perlas como El huevo, Hermanos, Soy un idiota, o Quiero saber por qué. Tomad nota de este autor, sobre todo los jóvenes escritores. Olvidaos de los talleres de escritura y de los consejos que os dan los que se precian de literatos y de las demás gilipolleces que infestan el mundillo editorial y leed a Sherwood Anderson, el hombre que se crió en una granja de pollos y acabó convirtiéndose en un hito de la literatura mundial. Bien es verdad que en sus historias parece que no pasa nada y no se da ese final sorpresa que muchas veces esperamos, pero detrás de sus líneas se cela la quintaesencia de la literatura. Lo que hace especial la escritura es que no tiene pautas preconcebidas ni existe una técnica bien definida, y gente como Anderson son la demostración evidente de ello. Cada uno intenta hacerlo lo mejor que puede, sin atender a nadie; ése es el truco. Bueno, él lo hizo francamente bien. Lectura imprescindible.

martes, 30 de junio de 2009

DIOSES DE CARTÓN

Hace unos días acabé de leer The room, una novela del escritor americano Hubert Selby jr., fallecido en 2004. Algunos lo conocerán por su libro más famoso y criticado: Last exit to Brooklyn, publicado en 1964 y traducido al castellano con el título Última salida para Brooklyn (publica Anagrama). Después de la gran impresión que me causó dicha novela, fui a buscar más obras de Selby y me tuve que contentar con leer versiones más o menos antiguas en italiano (mi lengua materna), la mayoría publicadas en los años setenta/ochenta, y por tanto difíciles de conseguir.

Con The room (La stanza en italiano, Feltrinelli, 1973), publicado por primera vez en Estados Unidos por Grove Press en 1971, la impresión fue la misma que con las obras anteriores e incluso mejor. Básicamente, es la historia de un hombre que está encerrado en una celda, acusado de un crimen que no se menciona en ningún momento (recuerda un poco a El proceso, de Kafka). Es la historia de un mundo sin amor, un mundo en donde el sistema te sigue y te persigue. Los ojos del Estado te vigilan. No hay escapatoria ni dentro ni fuera de la celda. Allí el hombre se abandona a todo tipo de fantasías y a través de su mente, en vilo sobre el abismo de la locura, refleja una sociedad corrupta que se está cayendo por su propio peso. Es un libro que hay que leer, o mejor dicho catar, como una buena copa de Rioja.

La conclusión a la que llegué fue la de marras: otro genio despreciado de la literatura mundial que alcanza el éxito después de muerto, al menos en su País. Leer a autores de este calibre hace que te cuestiones cosas y que te preguntes por ejemplo qué coño está pasando con la literatura. Ya no se trata de gustos, sino más bien de calidad literaria frente a piltrafa caliente y apestosa. Quiero decir que te vas a una librería y hojeas a algunas de las miles de novedades de un Boris Izaguirre cualquiera y la diferencia es tan abismal que lo más normal es que te entren arcadas. Arcadas de disgusto, por supuesto, como si te hubieran obligado a tragarte comida para perros caducada.

¿A tal estado de locura hemos llegado? ¿Basta con bajarse los pantalones en la tele y hacer el mono y decir cosas obvias que no producen ni un asomo de risa o presentar algún programa basura y ya tienes la vida solucionada? Millones de ejemplares vendidos a millones de borregos que van de intelectuales por el Metro con ese tocho bajo el brazo, ¿es eso lo que nos queda? Quiero imaginarme que no, pensar que en algún lugar brilla todavía una luz de esperanza, y que a veces la vida nos da la posibilidad de saborear la magia sublime de esos genios, gente como Selby, el gran Dan Fante y otros más que piensan únicamente en hacer lo que sólo es un don de Dios: escribir, crear. Estas personas iluminadas aportan sentido a la literatura y les mean en la boca a estos dioses de cartón, mitos de tres al cuarto y mediocres de pacotilla.

Tranquilos, amigos, yo lucharé a vuestro lado. Lucharemos contra el bando de los estafadores, el de los Vil.lamatas, Antonio Gala, Juan Marsé, Cristiano Ronaldo (creo que él también quiere ponerse a escribir), Gennaro Gattuso (es el futbolista analfabeto de la selección italiana de fútbol, pero escribió un libro. Alguien en su momento gritó al milagro) y muchos más que ni siquiera vale la pena mencionar. Tenéis que seguir en el ring, no importa si caéis. Volveremos a levantarnos y le daremos un sentido a la literatura y una patada en el culo a todos esos supuestos escritores que no valen el pedo de una vieja. Yo estoy con ellos: con Dan Fante, José Ángel Barrueco, Ubaldo Olivero, F.S. y con todos los artistas de verdad que hay en esta vida, gente viva en un mundo agonizante, tipos que luchan por sobrevivir en una sociedad demasiado podrida. Al toro, chicos: lo vamos a joder bien jodido. Y tomad una copa de Pampero de vez en cuando. Sienta bien.

Francesco Spinoglio

viernes, 26 de junio de 2009

VÍDEO EN YOUTUBE

Ya es posible ver algunas imágenes del vídeo de la presentación de mi última novela CAMINO DE LA GLORIA. Aquí tenéis el enlace:



http://www.youtube.com/results?search_query=FRANCESCO+SPINOGLIO&search_type=&aq=f

viernes, 24 de abril de 2009

PRESENTACIÓN CAMINO DE LA GLORIA

El jueves 14 de mayo presentaré mi última novela CAMINO DE LA GLORIA en Barcelona, en el Ateneu Barcelonés, calle Canuda 6, 5º a las 19.30h.

http://llibresindex.com/tempestad/node/310

domingo, 19 de abril de 2009

CAMINO DE LA GLORIA

Tommaso Rossi, joven e inquieto aprendiz de escritor, es un héroe de nuestro tiempo, y bien sabido es que nuestro tiempo apenas si da héroes. Embebido de literatura picaresca del Siglo de Oro y admirador entusiasta de John Fante, el protagonista deja el hogar familiar para lanzarse a la aventura por tierras de España. Llega a Sevilla con la “lanza en ristre”, preparado para comerse al mundo, pero no tarda en descubrir que la vida real es mucho más dura de lo que se cuenta en los libros. Entonces que empiece el baile: de vendedor de champú puerta a puerta a comercial de alarmas, de camarero en un club nocturno a poeta de la calle, de barman a cajero en un tablao flamenco; una retahíla de situaciones y personajes grotescos que se sucederán hasta un final sorprendente, ofreciendo al lector una receta literaria especial que consiste en cocinar a fuego lento humor y drama.

Una novela desesperada rebosante de emociones, marcada por un estilo fluido y original; un dardo puntiagudo que llega a lo más hondo del corazón humano.